Se conoce que más de la mitad de las enfermedades mentales surgen en la infancia. Los retrasos del desarrollo, el autismo y otros trastornos generalizados del desarrollo se manifiestan desde los primeros meses de vida. Asimismo, los problemas del comportamiento desde los 2 años, los síntomas de ansiedad desde los 4-5 años e incluso antes, la depresión desde los 5-6 años, el consumo de sustancias desde los 11-12 años, y la esquizofrenia con características similares a las del adulto desde los 14-15 años.
El pediatra, aunque no está suficientemente formado en estos aspectos, y es el profesional que mejor conoce el desarrollo del niño y su situación familiar y ambiental, debe formarse en salud mental y estar atento a los posibles problemas y trastornos tanto en los controles periódicos de salud como de forma oportunista.
